lunes, 25 de noviembre de 2013

SOBRE CIFRAS REDONDAS Y COSAS ASÍ (UN CONCURSO, HOYGAN!!!)

El típico ejemplo de comida redonda. Y de diseño gráfico hecho con un compás.

Como sabréis los que seguís (qué poco me gusta el término) a M. Cocotte por féisbuc o twister, el otro día el blog llegó a las 180000 visitas. Da subidón saber que hay tanta gente que lee esto. Y más aún, que incluso lo sigue con cierta regularidad, lo que teniendo en cuenta lo irregular que soy yo es un mérito. Como me parecen un montón de visitas (casi el doble de habitantes que tiene la ciudad en la que vivo), me ha parecido buena idea hacer un concurso. Así participáis, nos reímos un poco y uno de vosotros se lleva un premio. No está mal, ¿no?


El premio lo pone Ibili. Desde el día en que descubrí su cuenta en twitter hemos tenido buena sintonía y la verdad es que se han enrollado bastante. Simplemente les conté lo que quería hacer y ellos me ofrecieron unos regalitos para vosotros que no están nada mal: Dos sartenes ecológicas, un guardatomates, un guardacebollas y y un guardalimones (¿será una solución a lo de convivir con el típico limón seco en nuestras neveras?), un embudo especialmente diseñado para el reciclaje de aceite que es LO MÁS, un prensalatas para las de refrescos (porque yo sé que vosotros no sois de tener sesenta latas de cerveza en casa, que lo sé yo) y un eliminagrasas que sirve para quitar el aceitazo de esos guisos que os manda la suegra en un tupper del chino.

Para que hos hagáis una dea, éstos son los premios del concurso:



Como veréis, van muy en la línea de cocinar en casa y un poco hilando con el tema de la entrada del calendario de productos de otoño.

Además, han tenido el buen gusto de no pedirme a cambio nada en el sentido de: “di esto de nosotros”, publica tantas entradas, pon un enlace a nuestra web… Y por eso mismo he decidido hacerlo.

Me alegro de que sean ellos los que patrocinen el concurso por varios motivos:

1.- Uso sus productos habitualmente (así -de memoria- tengo en la rasqueta del pan, la manga pastelera, moldes de silicona, las tablitas niveladoras para amasar galletas –geniales, porque son de plástico y se meten en el lavavajillas-, un montón de cortapastas, sellos para hacer galletas con relieve, el termómetro de horno –este es de Lacor, que es la parte “para profesionales” de la empresa-,… Y seguro que si voy y miro hay más). Y me parecen buenos, claro. Algunos como el embudo para el aceite me parecen simplemente geniales. Ese me lo compro en cuanto lo vea.

2.- Es fácil encontrarlos porque distribuyen a ferreterías, supermercados y sitios así de reales. No hace falta que los compréis por Internet (yo mismo no soy muy de comprar así) y te los manden desde el quinto pino. Lo tienes en tu barrio, seguro (si lo tengo yo…). Los miras, los tocas y si te convencen te los compras. Y,

3.- Son de aquí. De Bergara, pasa ser concreto. Tienen unos robots geniales con los que hacen sartenes y soy muy fan de los robots, así en general. (Ahora en serio, prometo preguntar cuántas cosas fabrican aquí y cuantas fuera de España). Ah y Aitziber –la responsable de que os llegue el premio- tiene un corte de pelo fascinante. Muy loco. Lo podéis ver en este enlace XD.

En cuanto al concurso en sí, se nos ha ocurrido -no hablo en plural mayestático, es que se nos ocurrió a Mme. Cocotte y a mí- que al hilo de la conjunción astral de cifras redondas (180000 visitas en el blog y 2700 seguidores en twitter), sea sobre de comida redonda (somos pura chispa, lo sé). Vosotros nos decís cuál es vuestra receta más redonda –real o metafóricamente hablando- y los miembros de la familia Cocotte evaluaremos las respuestas y emitiremos un fallo inapelable. Me gusta, porque suena a cosa seria y antigua.

La cosa va a funcionar así:


BASES DEL PRIMER CONCURSO DE RECETAS REDONDAS


1.- Dinos cuál es la tu receta más redonda ya sea física o metafóricamente hablando. Mándamos la receta junto con una explicación de por qué lo es (con un poco de gracia, no me vayas a decir: "a mis suegro le gusta mucho" y ya está) junto con una foto -para que podamos poner algo en la entrada del viernes- al email del blog: monsieurcocotte@gmail.com. No hace falta que le des al “me gusta” ni que te hagas seguidor ni nada. Eso es cosa tuya. Si tienes un blog, basta con que nos envíes un enlace a tu entrada y ya te robamos la foto nosotros. Total, te la van a mangar tarde o temprano…

2.- La fecha límite de envío serán las 23:59:59 del 28 de noviembre de 2013. En algún momento hay que cortar.

3.- El Gran Jurado del Primer Concurso de Recetas Redondas estará formado por Mme. Cocotte, M. Cocotte y frère Cocotte si somos capaces de liarle. En ningún caso formarán parte del jurado Valentina y Rodolfo, nuestros periquitos, porque su criterio gastronómico es bastante errático.

4.- El fallo del Gran Jurado se hará público el viernes, 29 de noviembre, por la mañana. Por supuestísimo, será inapelable. Anda que no mola lo del absolutismo.

5.- El único ganador se llevará el lote de productos de menaje Ibili mencionado arriba.

Espero que os guste y que os animéis a participar. Un abrazo gordo. Al lío.

viernes, 22 de noviembre de 2013

EL LIBRO DE SANDEEA

Anda que no mola no tener que hacer fotos para una entrada.

Un día estás respondiendo a los colegas en el facebook, escribiendo tontás en el twister, jugando al Angry Birds Star Wars II, leyendo blogs… Vamos, lo normal, dejando pasar el tiempo con tus chorradas, cuando alguien –más bien Sandra Mangas, aunque en casa la conocemos más por @SandeeA- te manda un mensaje y te pide tu dirección.

Al principio piensas que lo mismo es para hacerte un Bin Laden (aprovecho para saludar al becario de la CIA al que le ha tocado leer esta entrada), pero después decides confiar en el género humano y te dices: “p’adelante, Cocotte”, porque yo me llamo Cocotte en la intimidad cuando pienso en comida, y se la pasas. Y acto seguido te levantas a mirar si la verja de la maison sigue custodiada por nuestros siete rottweilers ligeramente hambrientos, claro.

Sandra es una amiga. Amiga de Internet afortunadamente, porque si viviésemos en la misma ciudad lo nuestro sería insufrible -que si mis galletas son mejores, que si me has copiado la crema de berros,… la típica competitividad entre cocineros caseros, ya se sabe-, pero buena amiga y buena gente. Además, ambos somos fanses de El Comidista y participamos en esa especie de grupo de apoyo a Mónica y a Mikel que es el grupo de las enfervorizadas, enfervs para los amigos. Para más inri, ella es la “MEgaP(residenta)” y yo “El Creador”. Vamos, que yo tan sólo tuve la idea fliz de darle a un botón y administro el grupo, que aunque esté formado por un buen montón de gente maja y talentosa –y a la vez bastante perturbada, para qué engañarnos- prácticamente se administra sólo. Da gusto. Ah, también lleva un blog. Lo mismo lo conocéis y todo: La receta de la felicidad.

Todo el rollo anterior es para avisar de que puede que no sea totalmente objetivo, pero si quisierais eso estaríais leyendo el “Larousse Gastronomique” u otra cosa seria, y no este (MAGNÍFICO) blog, supongo.

El libro me llegó unos días después a través de Amazon. Muy bien envuelto, protegidito y eso. Con su dedicatoria y todo, aunque no firmado. Eso me lo tuve que ganar yo yendo al Apocalipsis Maleni, pero eso lo colgaré en el fb de M. Cocotte como contenido exclusivo (sinergia!). Lo digo por si sois como yo y (casi) no compráis por Internet.

Como os decía, Sandra tiene uno de los blogs de cocina/comida/recetas más conocidos de Ejpaña. (¡Que fue el Premio Bitácoras 2012, despistaos!). Y los que le quedan, espero. Personalmente, me gustan muchas cosas de él. Cierto que su diseño es demasiado cuqui para mí, con sus topitos, sus colores pastel y esas maderitas por todas partes, pero hay que reconocer que las fotos son buenas tirando a muy buenas (me mata la envidia, maldita sea), que Sandra te contagia su buen humor en cuanto empiezas a leer y –lo más importante- que bajo esa presentación cuidada y “mona” sólo encuentras ingredientes sanos, comida de verdad y buenas ideas para hacer que eso que comes se convierta en algo divertido y sorprendente. Ni un frosting, ni un icing ni una goma xantana… Por si eso no fuese suficiente, encima es MUY creativa y sabe darle una vuelta a recetas de toda la vida (a ver si va a venir ahora alguien a inventar las galletas de mantequilla, la tortilla de patatas o la crema de calabaza) que con su toque –indudablemente lo tiene- parecen nuevas. Y si no, mirad los éclairs que acaba de compartir. Es lo que más admiro de ella #yoconfieso Y lo que más odio, es que saca la Bree Van De Kamp que hay en mí. Sí, todos tenemos nuestros secretos.


YO HE VENIDO A HABLAR DE MI LIBRO, DIGO DEL SUYO
El libro en sí me gustó mucho desde el primer momento. Es una edición muy cuidada. Ya sé. Parece un comentario un poco así. Pero es que cuando lo tienes en las manos por primera piensa: "qué bonito le ha salido, el jodío libro". Creo que me explico. Es en un segundo vistazo cuando caes en lo todo lo demás, pero primero ves todas esas presentaciones sorprendentes y te quedas loco. Son 176 páginas llenas de buenas recetas -ojo, que muchas (la mayoría de mis preferidas, por lo que veo) son nuevas y no aparecen el en blog- y buenas fotos, con algunos momentos de pornfood del bueno. Está editado en tapa dura, que es como creo que se deberían editar los libros de cocina por ley. Que luego hay que usarlos y con esto de la superfuerza doblo las pastas, coñe.

En cuanto a estructura, el libro comienza con una pequeña sección con consejos y otra sobre herramientas e ingredientes básicos. Luego viene una de recetas dulces y otra, algo más corta pero muy interesante para mi gusto, de recetas saladas. El libro acaba con un índice por ingredientes, una recomendación de tiendas (sobre todo sitios web) donde encontrar las cosas más raras como el papel de azúcar utilizado en la decoración de algunas galletas y los agradecimientos. Yo hubiese añadido un índice de recetas como tal, pero eso para la segunda edición.

Cuesta 16.90€ en librería física y algunos céntimos menos en sitios como Amazon o La Casa del Libro.


MI TOPTÍN DE RECETAS SANDEESCAS:
Como "para muestra, un boton" estas son las 10 recetas que más me gustan del libro, (las que no tienen enlace solo se encuentran en papel):

1.- Cheesecake cookies. Como fan total de la tarta de queso, y del queso en general, me tienen muy loco estas minitartas/galletas. Además, puedes dibujarles otras cosas como calaveras para que parezcan malrolleras y te las dejen todas para ti.

2.- Crema de zanahoria. La hice ayer (21(11/2013) y está de muerte. No la comimos y la cenamos en el mismo día por una mera cuestión de decencia, pero estuvo ahí la cosa. Y dando gracias porque llegó a la mesa. Me la hubiese comido toda mientras probaba si estaba bien de sal. ¿Os he dicho alguna vez que las zanahorias no me gustan especialmente? Pues eso.

3.- Baklava de chocolate. "Babead, malditos", parece decirnos. Y encima parece fácil.

4.- Empanadillas de manzana y brie. Para dejar loco a la cuñada.

5.-3.- Bizcocho marmolado. Mirad esa foto e imaginad la cara de la gente cuando hagáis el primer corte. Mola, ¿eh?

6.-Hojaldres de patata y albahaca. Me recuerdan a una pizza de patata que me zampé en Roma y eso mola.

7.-Brownie en cáscara de huevo. Es el típico ejemplo de lo que os digo de la creatividad. Mezcla dos cosas que a priori como que no tienen sentido y... Te quedas con cara de tonto pensando: "¿cómo lo ha hecho?"

8.- Pastel de pan, espinacas y huevo. Cuando hablaba de #pornfoog me refería a esto.

9.- Banmbucker

10.- Pastel de carne en cocotte. Aquí es donde te acuerdas de que odias a toda esa gente que tiene ollas de Le Creuset y tú no ¬¬.


Hay más, pero quería hacer un toptín, no un topquincemil. Todas estas también me gustan: galletas de jengibre (fueron las primeras en incorporarse al recetario de la maison Cocotte y ya hemos pasado la receta a alguna amiga), galletas con rosas, galletas grabadas, enrejados de frambuesa (me gustan las galletas, ¿qué pasa?), pasteles de pera y canela (estos van a ser el postre de la cena de Nochevieja sí o sí), Huevos de mousse de chocolate (para muy golosos y muy fanses del cacao), manzanas enrejadas (una de las recetas más míticas de SandeeA, magdalenas al vapor (para esos pobres que no disponen de horno o lo tienen averiado), crema de marisco, crema de calabaza y curry, ensalada de jamón en cesta (ésta ha caído, pero sin cesta), galletas de queso con tomate,…


*


Llegados a este punto viene lo gordo, claro. ¿Es recomendable? ¿Lo comprarías?

Tengo una tendencia, rayana en la parafilia, hacia la compra de libros de cocina. Pero afortunadamente uno no dispone de ingresos ilimitados -gracias a Dior, diría Mme. Cocotte- y también piensa las cosas algunas veces.

Si el libro fuese un simple refrito de recetas del blog, si más interés, os diría que lo dejaseis en la estantería porque no comprendo que os gastéis dinero en algo que está a vuestra disposición "gratuitamente" (de eso hablamos otro día) en Internet. Salvo casos de fetichismo, claro, que también los hay.

Pero resulta que me parece un buen libro de cocina, muy bien editado (lo he dicho arriba, sí) y muy aparente. Y encima tiene un montón de recetas nuevas que están muy ricas y su precio no llega a los 20€.

Así que volvamos al principio. ¿Es recomendable? Sí, tanto para uno mismo como para regalar. Esta última, es una opción muy a tener en cuenta. ¿Lo comprarías? Sí,aunque preferiría que me lo regalasen porque me gustan los regalos chulos. Soy así. Fácil de contentar (y una porra).

martes, 5 de noviembre de 2013

CALENDARIO DE OTOÑO CON SUS HOJAS Y SUS SETAS.

Llevo mucho tiempo dándole vueltas –en mi mente, claro– al rollo ecológico y al final creo que solo sirve para que nos vendan una cantidad de motos increíble. Supongo que eso me pasa por leer el Eco-Lab de El País. La cosa es que me da la impresión de que hay una gran entente empresario-gubernamental que pretende que sea la gente quien se encargue de salvar el Mundo y, claro, no podemos. Es la versión conspiranoica de “que se encargue la comunidad” de las empresas de desarrollo de software. Lo que sí puedo hacer es ordenar el mío, mi pequeño mundo cercano, quiero decir. ¿Y cómo lograr tamaña hazaña? Pues con una tecnología increíblemente avanzada, a la vez que tremendamente económica, que no está la cosa para dispendios, y sumamente eficaz: actuando como pienso que lo haría mi abuela. Para quedarse loco, lo sé.

Pero es que eso de: “esto lo hacía ya mi abuela” es lo que me viene a la cabeza cada vez que leo/veo algo relacionado con el eso reciclar, el DIY, la reutilización de bolsas de plástico (vivo en una ciudad donde siempre se ha pensado que comprar bolsas de la basura era un despilfarro, aunque sean las adecuadas para basurear), usar las cosas hasta que se gasten… Vamos, lo normal.

Esa era –en parte sólo, porque mi abuela era compleja– la filosofía de aquella señora bajita, con el pelo blanco (gracias por la herencia), y sorda como una tapia (gracias, nuevo) que manejaba con arte una pequeña pensión y se las apañaba para que no faltase nada en su pequeña casa, siempre ordenada y llena de plantas.

El caso es que sí creo en ese ecologismo de Km 0. En lo de ir al campo y volver a casa con la basura (también creo que deberían mandar a galeras a los que ensucian el monte, ojo), en comprar el pan en de ese pueblo por el que pasas, o ese queso elaborado en el pueblo de al lado que descubres un día que has ido de excursión. Además, todos los que valoramos estas cosas estamos obligados a comprar –a pesar de la amable incomprensión de nuestros acompañantes– para que estos pequeños negocios sigan existiendo, claro. [Publicidad no pagada: si vais algún día por Oropesa –que deberíais ir al menos una vez al año– os recomiendo visitar su panadería (C/ Empedrada, 23) y especialmente la quesería artesanal El Buen Pastor (C/ Calzada Real, 43 Tfno: 925 430 217).Son negocios sin Facebook, ni Twitter ni la madre que lo fundó, como deben ser los negocios serios. También os recomiendo visitar el castillo. Y comer en el Parador mirando a Gredos #mundoviejuno. Y hacer una excursión hasta la Ermita de Peñitas, que tiene al lado un parque con unos patos de lo más majos].

Y ahora, ¿cómo plasmo todo este rollo en el blog? Fácil. Casi tanto como lo de la tecnología justiniana (mi abuela materna se llamaba Justina). He hecho un calendario de temporada que os podéis descargar. Y sin darme importancia, oye. De acuerdo que tipográficamente no es la bomba, vale, pero conceptualmente… Conceptualmente es el recopetín.
El calendario de temporada, junto con el menú semanal y la lista de la compra, son los accesorios de cocina más importantes del orbe mundo. Casi tanto como la rasqueta para hacer pan. Nos van a permitir que nuestra comida sea más variada, más rica y más barata. ¿Parezco Ana Mª Herrera? Sí. ¿Tengo más razón que Descartes? También.

Las típicas fresas de diciembre XD
Vale que a todos nos gusta aportar la nota exótica a nuestras vidas –soy el primero que tiene en la lista de cosas pendientes este curry-, pero también tenemos que reconocer que comer sandía en enero, salvo antojo o que sea la última voluntad del condenado a muerte de una peli de esas en las que el Gobernador llama justo cuando le iban a pinchar la inyección letal, es bastante estúpido. Ese producto “hors saison” (estoy pensado en los típicos espárragos peruanos): ¿cuándo fue recolectado? ¿Cuántos miles de Km. ha recorrido hasta llegar al estante del súper? ¿Cuánto le han pagado al productor? ¿A qué sabe? Pues eso.

O dejo que penséis un rato, que para ser una entrada sin receta ya os he metido bastante rollo.

Ah, podéis descargar el PDF de aquí.

Nota: la foto de las fresas la he tomado prestada de Loikos. Y está lleno de cosas chulas.

Edito: me soplaron el otro día (me lo sopló Garbancita, para ser exactos) que los mangos que se cultivan en la Costa Tropical (al sur de Granada) tambíen están en temporada, aunque son bastante difíciles de conseguir porque la mayor parte de la producción -de gran calidad, según parece- se exporta. Por si tenéis la suerte de pillarlos.